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Educación para el desarrollo sostenible en la Reserva de Fauna Cuyabeno

En WWF-Ecuador, creemos que la educación debe conectar los procesos de aprendizaje con el contexto y entorno local para así lograr un impacto en los objetivos de conservación de la biodiversidad. Descubre nuestro programa piloto.

*English bellow

¿Qué pasaría si los niños de las comunidades del Cuyabeno aprendieran matemáticas haciendo cálculos de cuanta lluvia necesitan para sus cultivos de cacao? ¿Cómo cambiaría su aprendizaje si los materiales didácticos que tienen a su alcance incluyen fotos de jaguares capturadas por cámaras trampas instaladas por sus propios padres a pocos metros de sus hogares? En WWF-Ecuador creemos que la educación debe conectar los procesos de aprendizaje con el contexto y entorno local para así lograr un impacto en los objetivos de conservación de la biodiversidad.
 
El contexto:
 
La Reserva de Producción Faunística Cuyabeno es una de las áreas protegidas más grandes de la Amazonía Ecuatoriana. Con una extensión de más de 590,000 hectáreas, este complejo sistema de humedales aloja una inmensa biodiversidad y es hogar de especies emblemáticas como el delfín de río, el jaguar, y la nutria gigante. Sin embargo, hay más que animales viviendo en esta zona. Cinco nacionalidades indígenas también habitan la Reserva Cuyabeno: Kichwas, Cofanes, Sionas, Secoyas y Shuaras. WWF-Ecuador ha venido trabajando con varias comunidades de esta área en diferentes aspectos, incluyendo una iniciativa de manejo territorial a través de monitoreo biológico con cámaras trampa, y el desarrollo de medios de vida sostenibles responsables con el entorno. El tiempo que hemos pasado en la zona y la constante interacción con las comunidades locales, han ido revelando algo que se ha vuelto muy claro con el paso del tiempo. La educación, además de ser una necesidad emergente, tiene el potencial de convertirse en la pieza clave en nuestros esfuerzos de conservación.  
 
Fue entonces que decidimos explorar la posibilidad de trabajar en el campo de la educación, y en noviembre de este año viajamos a la Reserva Cuyabeno para realizar un diagnóstico de la situación y definir las necesidades, los desafíos y el potencial de trabajar en este ámbito. Visitamos cuatro comunidades: Charap y Taikua (Shuaras), Zábalo (Cofán) y Zancudo Cocha (Kichwa). Lo que descubrimos fue preocupante, pero a la misma vez increíblemente motivante.
 
El desafío:
 
Los días que pasamos en cada comunidad incluyeron observaciones, reuniones y conversaciones con cuatro grupos claves: padres de familia, profesores, adultos mayores y niños de la escuela. Aunque sin lugar a duda, los momentos más eficientes para lograr entender la vida en la comunidad a profundidad, fueron las conversaciones durante los desayunos temprano en la mañana o junto al río por la tarde.
 
A pesar de que en estas escuelas existen materiales básicos para la enseñanza, los profesores no cuentan con acompañamiento ni capacitaciones con respecto a metodologías para enfrentarse a la compleja realidad que viven estas comunidades. Es por esto que su enseñanza termina siendo mecánica y repetitiva, pero, sobre todo, bastante irrelevante en el contexto en el que se encuentra. A los niños se les pide que dibujen conejos y que aprendan a sumar contando elefantes, lo cual resulta en una total abstracción teórica para ellos.
 
La infraestructura local es uno de los mayores problemas, no solo con respecto a las instalaciones escolares. Tan solo una de las cuatro comunidades cuenta con agua potable y sistema de alcantarillado. Como dijo uno de los padres de familia, “¿cómo van a aprender mis hijos si están constantemente faltando a la escuela porque el agua que toman los enferma?”.
 
Esta realidad puede resultar bastante abrumadora, e incluso podríamos decir que la educación no es una prioridad cuando aún no están cubiertas las necesidades básicas. Sin embargo, nuestro análisis de la situación reveló que en situaciones tales como esta, la educación puede ser la solución a largo plazo para muchos de los problemas a los cuales se enfrentan estas comunidades.
 
La oportunidad:
 
No es fácil lograr que los niños hablen, es por eso que les pedimos dibujar. La primera actividad fue dibujar su escuela. Esto les tomó mucho tiempo. Miraban su hoja en blanco, espiaban el trabajo de sus compañeros, y le hacían muchas preguntas a su profesora. Los dibujos terminaron siendo todos muy semejantes: un aula cuadrada, cerrada, con unos pocos escritorios. Cuando intentamos iniciar una conversación sobre sus dibujos, hubo silencio y aburrimiento.
 
Luego les pedimos que dibujen “el monte”, el bosque. La transformación fue inmediata, todos tenían algo que decir, una historia que contar. Sus dibujos ocupaban toda la hoja: árboles, ríos, animales, flores, frutos, pero más importante, personas. Muchos de los niños incluyeron en sus dibujos a un adulto de su familia pescando, cazando, o cosechando. Esto comprobó, una vez más, que la vida de las comunidades amazónicas está ligada al bosque. Su vida diaria y supervivencia dependen de los recursos que su territorio les provee.
 
La pregunta es, ¿entonces por qué no replicar esa conexión en la educación escolar? Las aulas no deberían ser un espacio que abstrae a los niños de la realidad en la que viven, al contrario, debería apoyarse en ese contexto para desarrollar métodos de enseñanza basados en temas localmente pertinentes. La idea es bastante simple:
 
  • Los niños internalizan el aprendizaje cuando existe una conexión, interés, y entendimiento de los temas en discusión, frente a una abstracción teórica de conceptos y problemas que son totalmente ajenos para ellos.
  • El aprendizaje a través de temas localmente pertinentes ayuda a desarrollar habilidades y destrezas necesarias para enfrentarse a los problemas de su entorno, con las oportunidades y herramientas que tienen a su alcance.
 
Por lo tanto:
 
  • Los esfuerzos para desarrollar medios de vida sostenibles tendrán soporte desde la comunidad, a través de una educación que promueve capacidades para desarrollarse en dicho contexto, creando un entorno propicio para la inclusión de estas prácticas en el largo plazo
 
El Plan:
 
Este proceso de evaluación fue solo el primer paso de una iniciativa de educación a largo plazo en la Reserva de Fauna Cuyabeno. Los hallazgos y las conclusiones obtenidas a lo largo de este proceso nos ayudarán a diseñar un programa de educación con real impacto para las comunidades locales y la conservación de la biodiversidad en este sector. La etapa inicial será implementada en cuatro comunidades, logrando un impacto en 10 profesores y alrededor de 200 estudiantes. Los próximos pasos son:
 
  • Desarrollar junto con las comunidades un currículo, materiales y actividades escolares enfocadas en el desarrollo sostenible con pertinencia local. Esto se realizará con la participación de varios grupos, incluyendo adultos mayores y líderes comunitarios.
  • Entrenar a profesores locales para la inclusión de este currículo y nuevas metodologías en sus escuelas.
 
Esta primera fase será la etapa piloto de una potencial iniciativa educativa implementada en toda la Reserva Cuyabeno, con inclusión de las 18 comunidades que habitan esta área protegida. Para lograrlo, estaremos analizando, junto con el Ministerio de Educación, la posibilidad de desarrollar en conjunto un currículo oficial para las escuelas de las comunidades de la Reserva Cuyabeno, y adaptar este currículo al lenguaje y contexto local de cada una de las cinco nacionalidades indígenas que habitan esta zona.
 
Tenemos mucha ilusión de los logros y desafíos que vendrán a lo largo del camino como parte de este nuevo proyecto. En WWF-Ecuador estamos seguros de que la educación es un elemento clave para cumplir con nuestro objetivo de construir un futuro donde las personas vivan en armonía con la naturaleza. 


***ENGLISH***

Educating for Sustainable Development in Cuyabeno Wildlife Reserve in the Ecuadorian Amazon
 
What would happen if children from the communities in Cuyabeno Wildlife Reserve would learn math skills by calculating how much rainfall they need for their cacao crops to thrive? How would their learning change if the educational materials they have include photos of jaguars captured with camera traps installed by their own parents a few hundred meters away from their homes? In WWF-Ecuador we believe that education must connect learning with the local environment and context to have impact on biodiversity conservation objectives.
 
 
The context:
 
Cuyabeno Wildlife Reserve is one of the biggest protected areas in the Ecuadorian Amazon. With an extension of more than 590,000 hectares, this complex wetland system has an incredible biodiversity, and is home to species such as the river dolphin, the jaguar and the giant otter. However, it is not only animals that live here. Five different indigenous nationalities call this area home: Kichwas, Cofanes, Sionas, Secoyas, and Shuaras. WWF-Ecuador has been working closely with these communities in different aspects, including biological monitoring with camera traps for territorial management, and the development of sustainable livelihoods that are socially and environmentally responsible. However, our time in the area and our constant interaction with people from these communities, revealed something that has been getting more and more evident. Not only as an urgent need in the communities in Cuyabeno, but most importantly, as the missing piece in our conservation efforts in this incredibly biodiverse area: the need to address education as a tool for conservation.
 
So, we decided to dig deeper, and this past November we traveled to Cuyabeno to make an assessment of the situation and define the needs, challenges, and potential of working in education. We visited four communities:  Charap and Taikua (Shuaras), Zábalo (Cofanes) and Zancudo Cocha (Kichwas). What we found out was concerning but incredibly encouraging at the same time.
 
The challenge:
 
The days we spent in each community included meetings, conversations, observations and activities with four groups: parents, school teachers, elders, and children from the local school.  Especially effective were the early morning breakfast meetings or the afternoon talks by the river to get the inside story of life in a community.
 
Although provided with basic materials, teachers have almost no support or assistance regarding teaching methodologies and approaches to the complex realities they face in these communities. Drawing on the lacking materials and knowledge they have available, their teaching ends up being mechanic and repetitive, but mostly, irrelevant. Children are instructed to draw bunny rabbits and learn math by counting bears, a complete theoretical abstraction for someone who has never seen any of these animals. It is impossible for children to interiorize learning if teaching is not relevant within their context.
 
Infrastructure was one of the main issues, not only concerning school facilities. Only one of these communities has drinking water and a basic sewage system. As one of the parents simply puts it: “how can my kids learn if they are constantly missing school because the water they drink makes them sick?”.
 
This reality can be overwhelming, and it would be easy to say that education is not a priority when there is such an urgency to cover basic needs. Nevertheless, our assessment of the situation made it clear that in contexts such as this one, education might be the long-term solution for the problems these communities face.
 
 
The opportunity: 
 
It’s not easy to get children to talk, so instead, we would ask them to draw. The first activity was to draw their school. This took them quite a long time. They would stare at the blank page, peek at their classmates’ work, and constantly ask the teacher what they should draw. By the end, most drawings looked the same: a squared, closed classroom, with a few desks. When we tried to start a conversation about their drawings, we were faced with silence and boredom.
 
We then asked them to draw “el monte”, the forest. The transformation was immediate, they all had something to say, a story to tell. Their drawings took up the entire page: trees, rivers, birds, animals, flowers, fruits, but most importantly, people. Most children had included an adult from their family in their drawing, fishing, hunting, or gathering. This just proved, once again, that these people’s lives are connected with the rainforest. Their daily live and survival depends on the resources provided by the territory they live in.
 
Bu then, why shouldn’t this connection be replicated in education? School classrooms shouldn’t be a space that abstracts children from the reality the live in, instead, it should draw on the context to create teaching methods based in locally relevant themes. The idea is quite simple:
 
  • Children internalize learning when there is connection, interest, and full understanding of the themes discussed, not theoretical abstraction of things and problems that they don’t personally know.
  • Learning through locally relevant themes will develop the skills and capacities to tackle the problems children face in their context, with the opportunities and tools they have in hand.
 
And therefore:
 
  • Efforts to develop sustainable livelihoods will be supported within the community, with an education that reinforces skills and capacities to thrive in such context, creating a more suitable and appropriate environment for the inclusion of these practices in the long term.
 
 
The plan:
 
This assessment process was only the first step of a long-term education initiative in Cuyabeno Wildlife Reserve. Findings and conclusions from this process will help us design an education project with real impact for the local communities and the conservation of biodiversity in their territory. The initial stage will have an impact on four communities, around 200 students and 10 teachers. The next steps include:
 
  • Developing a local curriculum, materials and schoolwork for sustainable development together with each community, with participation of various groups including elders and community leaders.
  • Training local teachers for the inclusion of this curriculum and methodologies in their schools.
 
This first phase will be a pilot program for a potential large-scale initiative in the entire Cuyabeno Reserve, with reach to all 18 communities living in the protected area. In order to do so, we would be working closely with the Ministry of Education to discuss the possibility of developing together an official curriculum for all communities living in Cuyabeno Wildlife Reserve, and adapting this curriculum to the native language and cultural context of each of the five indigenous nationalities represented in the area.
 
We are excited about the challenges and achievements that will come up along the way as part of this new project. In WWF-Ecuador, we are confident that education is a key element to achieve our goal of building a future where both nature and people will thrive.  
 

 

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