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Mitigar el cambio climático desde el sector bananero: uno de los retos de la sostenibilidad

Contribuir con acciones frente al cambio climático mediante buenas prácticas agrícolas (BPA) es parte del trabajo que WWF hace con 12 fincas bananeras en Magdalena desde 2014. Aunque se ha avanzado y algunas BPA implementadas buscan reducir emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), todavía hay retos.

Contribuir con acciones frente al cambio climático mediante buenas prácticas agrícolas (BPA) es parte del trabajo que WWF hace con 12 fincas bananeras en Magdalena desde 2014. Aunque se ha avanzado y algunas BPA implementadas buscan reducir emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), todavía hay retos.

En 2020, 12 fincas bananeras de Técnicas Baltime de Colombia (Tecbaco), ubicadas en la subregión norte del departamento del Magdalena, recibieron la certificación internacional AWS por su buena gestión del agua. Dicha certificación es uno de los resultados del acompañamiento del proyecto Producción de banano ambiental y socialmente sostenible en Colombia y Ecuador, desarrollado entre WWF y EDEKA, la cadena alemana de supermercados. Pero, además, se convirtió en un hito, al tratarse del primer reconocimiento de este tipo en Colombia, así como del sector bananero en el mundo.

En este proyecto y en el trabajo que se ha venido realizando en las cuencas de los ríos Frío y Sevilla, el agua ha sido el eje central para conducir el territorio hacia la sostenibilidad. Específicamente, el acompañamiento que se hace a las fincas bananeras involucra la aplicación de 77 buenas prácticas agrícolas (BPA): unas enfocadas en el uso eficiente del agua, la recuperación de coberturas de vegetación nativa en cercanías a las fuentes hídricas, y la reducción de pesticidas. Otras están dirigidas hacia la mitigación del cambio climático.

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Mitigar el cambio climático desde las fincas bananeras


En términos simples, las acciones de mitigación frente al cambio climático se enfocan en la reducción de emisiones de GEI, que son los que se acumulan en la atmósfera de tal manera que atrapan el calor provocado por los rayos del Sol que llegan al planeta, y no salen al espacio. Como consecuencia, la temperatura de la Tierra aumenta y se produce lo que conocemos como calentamiento global.

Aunque el más conocido de los GEI es el dióxido de carbono (CO2), generado en grandes cantidades por el uso de combustibles fósiles por actividades como el transporte y las industrias, existen otras acciones que también contribuyen al cambio climático. Una de estas es la producción de alimentos que, por un lado, implica cambio en el uso de la tierra y deforestación, pero, además, muchos procedimientos para mantener plantaciones y monocultivos generan emisiones de otros gases GEI. Por ello, una de las BPA más importantes para la mitigación del cambio climático desde estas fincas bananeras es el uso adecuado de fertilizantes.

“En las fincas de banano, la principal fuente de emisión GEI son las fertilizaciones nitrogenadas que producen óxido nitroso. Frente a esto, una de las BPA implementadas en las fincas es la optimización de los planes de fertilización”, comentó Cinthia Granda, consultora internacional que apoya a WWF en el monitoreo de las fincas bananeras de Colombia y Ecuador, desde 2014.

Esta optimización involucra un proceso que inicia con la toma de muestras de suelo anualmente, para luego analizarlas y elaborar planes que indiquen la cantidad de fertilizante que realmente requieren las plantas. Se trata de “no [poner] más de lo que necesita, porque tendríamos procesos de volatilización de nitrógeno [emisión excesiva de nitrógeno a la atmósfera], pero tampoco menos, porque no queremos que el cultivo deje de ser sostenible para el productor”, añadió Cinthia.

Adicionalmente, otra de las BPA relacionadas es el uso de los llamados fertilizantes de liberación lenta. Por su proceso de ‘encapsulado’, la liberación de nitrógeno es un poco más lenta, y se aprovechan mejor los nutrientes. De esta manera, el proceso en el suelo no termina en mayor generación de óxido nitroso.

Estas BPA se suman a otras como la migración de motores diésel a eléctricos para el riego del suelo; el cambio de bombillos tradicionales a los LED o ahorrativos, así como el uso de iluminación natural en algunos espacios de las fincas donde antes se usaba la artificial. Todas estas pueden considerarse prácticas genéricas en la mitigación del cambio climático, debido a la numerosa literatura científica que las respalda y recomienda, no solo para el sector bananero, sino para otras actividades productivas.

Sin embargo, el reto que ahora se propone el proyecto es poder generar los datos y métricas que visibilicen los impactos de estas BPA y permitan, a su vez, establecer lineamientos y robustecer los planes de mitigación frente al cambio climático.

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Inventarios de emisiones GEI: generando información confiable


Durante estos seis años de trabajo con las fincas bananeras, se han desarrollado procesos de capacitación al personal para realizar inventarios anuales de emisiones GEI y asegurar la generación de datos rigurosos y confiables.

“Los procesos de fortalecimiento de capacidades para realizar estos inventarios toman tiempo, pero son la base para generar información robusta que conduzca a buenos planes de mitigación de GEI”, dijo Dora Milena Zapata, especialista en Gobernanza y Planificación intersectorial de WWF Colombia. “Esto permitirá trabajar en los planes de mitigación con metas claras sobre qué y cuánto se quiere reducir, ente otros detalles”.

Además, es importante que el sector bananero de cada país genere investigaciones propias que permitan tener información sobre las condiciones particulares de sus regiones, o incluso fincas o unidades productivas. “Por ejemplo, la optimización del uso de fertilizantes implica hacer un análisis del suelo para aplicar lo necesario, en las cantidades y tiempos correctos. Los suelos son súper dinámicos y varían de año a año, de finca a finca, de lugar a lugar, porque depende de muchos factores: lluvia, tipo de suelo, manejos anteriores”, explicó Cinthia.

Generar esta información e implementar planes de mitigación de GEI, implica grandes esfuerzos técnicos y económicos para los sectores agroindustriales. Esto es aún más complejo cuando se trabaja bajo metas internacionales como los del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés). Por ello, en Colombia se ha avanzado en la Política Nacional de Cambio Climático y se han establecido compromisos en el marco del Acuerdo de París que apuntan a que el país alcanzará una reducción del 51 % en las emisiones GEI a 2030 y se apuesta a lograr carbono neutral en 2050.

“Hasta ahora, básicamente, un productor llevaba inventarios de emisiones o buscaba ser carbono neutro, por ser una llave para mantener o acceder a mercados internacionales. Hoy, bajo los compromisos nacionales, estos inventarios toman mayor relevancia en el cumplimiento de metas país y sectoriales y encuentran mayor soporte para su desarrollo en estrategias de financiamiento, educación, fortalecimiento de capacidades, ciencia y tecnología, y planeación, que como país se implementarán para avanzar hacía las metas propuestas”, concluyó Dora Milena.

Ahora, en su tercera fase, este proyecto de WWF buscará alinear a las fincas bananeras a normativas nacionales e internacionales, en el caso de que quieran verificar sus inventarios GEI o certificarse como carbono neutro. La idea es que todas estas medidas de reducción de emisiones estén en un plan de mitigación real que puedan implementar las fincas bananeras que participan de esta iniciativa.
© Tatiana Rodríguez / WWF Colombia
Zona Bananera, Magdalena
© Tatiana Rodríguez/ WWF Colombia
Río Frío plantaciones.
© Tatiana Rodríguez / WWF Colombia
El agua es uno de los insumos esenciales para la producción agrícola de commodities como el banano.

 

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