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Así ayudamos a restaurar las poblaciones del elefante de bosque, una especie icónica de la cuenca del Congo

Este es un gran logro en el camino hacia la conservación de la especie y el mejoramiento de los medios de vida de las comunidades que viven en la región,por Sam Nziengui-Kassa, coordinador del Programa de Conservación de WWF en la República del Congo.

El paisaje trinacional de Dja-Odzala-Minkébé (TRIDOM) es un bosque de 178.000 km² que se extiende a través de tres países de la cuenca del Congo (África): la República del Congo, Camerún y Gabón. El área de TRIDOM ubicada en el primero de estos alberga algunos de los sitios naturales más prístinos que quedan en la cuenca del Congo. Allí se encuentra el segundo bosque tropical más grande del mundo después de la Amazonia.

El Parque Nacional Ntokou Pikounda hace parte de esta región y alberga a cerca de 1.100 elefantes de bosque. Esta especie es de gran interés para la conservación debido a su rol ecológico en los hábitats forestales. Por su dieta basada especialmente en frutas, juegan un papel crucial en la dispersión de muchas especies de árboles, particularmente las semillas de árboles grandes que tienen un alto contenido de carbono.
 

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El parque también es refugio de importantes poblaciones de gorilas occidentales (aproximadamente 10.000 individuos), chimpancés centrales (cerca de 3.000 individuos), así como búfalos de bosque, leopardos y pangolines gigantes, entre otras especies. El mono colobo rojo de Bouvier fue redescubierto en el parque en 2015, 40 años después de su último avistamiento en la década de 1970. Además, fue filmado por primera vez a principios de 2021 por un equipo de WWF en campo.

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Debido a su rica biodiversidad, Ntokou Pikounda atrae a cazadores furtivos y redes transfronterizas de traficantes de marfil. La situación de los elefantes de bosque es preocupante: Un informe de 2017 advierte que sus poblaciones se han reducido en un 66% en los últimos ocho años en ciertas zonas de la cuenca del Congo, lo cual pone bajo amenaza la supervivencia a largo plazo de esta especie icónica. 

Ni siquiera puedo describir lo triste que me siento cada vez que me encuentro con un cadáver de elefante víctima de la caza furtiva sin sus colmillos largos, rectos y parduscos, característicos de esta especie. Los elefantes de bosque son muy buscados por los cazadores furtivos porque su marfil es más duro que el del elefante de sabana, y es preferido por los talladores ya que puede ser tallado con mucho detalle.

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Los elefantes de bosque tienen unas tasas reproductivas más lentas en comparación con sus primos de la sabana, por lo cual son altamente vulnerables a la caza furtiva persistente. La especie ha sido clasificada recientemente como En Peligro Crítico en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), debido a la reducción de sus poblaciones en más de un 80% en los últimos 30 años.

Por ello, es necesario intensificar urgentemente los esfuerzos de conservación en la región para asegurar la supervivencia de las poblaciones clave de elefantes de bosque. De no ser protegidos, su pérdida afectaría profundamente los grandes ecosistemas forestales y cambiaría para siempre el bosque de la cuenca del Congo.

En 2017, el gobierno congoleño y WWF firmaron un acuerdo para co-gestionar el Parque Nacional de Ntokou Pikounda con el fin de proteger y salvaguardar su biodiversidad, especialmente, a los elefantes de bosque. Hoy me complace decir que después de tres años de arduo trabajo por parte del gobierno congoleño, con la participación de los pueblos indígenas y las comunidades locales y el apoyo de WWF hay indicios de la disminución de la caza furtiva.

La administración del parque ha establecido dos plataformas de múltiples actores en dos pequeñas ciudades adyacentes, Ntokou y Pikounda, con representación de la comunidad indígena local. Allí se estableció un mecanismo de reclamación en el que los miembros de la comunidad pueden expresar sus preocupaciones, presentar denuncias o compartir sus opiniones sobre el programa.

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Particularmente, en Ntokou se creó un grupo encargado de implementar un programa de vigilancia biológica con el objetivo de monitorear a la población local de hipopótamos, una de las más grandes de la República del Congo. Los actores decidieron que las comunidades locales debían participar y determinaron las necesidades prioritarias de las aldeas. Como resultado, los locales participan activamente en la gestión del parque, incluso, en la construcción de su sede administrativa. Además, ya se lograron instalar los primeros cinco pozos de agua potable alimentados por energía solar en la aldea de Pikounda y sus alrededores.

Cuando comenzamos nuestro trabajo colaborativo con el gobierno, los pueblos indígenas y las comunidades locales, había una presencia activa de cazadores furtivos de elefantes por todo el parque y encontramos muchos cadáveres de elefantes muertos con sus colmillos removidos. Mientras que el año pasado sólo encontramos un elefante de bosque muerto, lo cual sigue representando una gran pérdida, pero demuestra que la situación ha mejorado.

En este sentido, estamos seguros que hemos impactado positivamente en la región. Esto se debe en parte a la mayor presencia de los equipos de patrulla y vigilancia biológica, pero también porque hemos alcanzado importantes acuerdos con pescadores locales para regular la pesca tradicional en el parque. De esta manera, pusimos en evidencia a los cazadores furtivos que solían esconderse bajo el disfraz de pescadores.

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Conflictos entre humanos y elefantes, una preocupación creciente


Los conflictos entre humanos y elefantes se están convirtiendo cada vez más en un problema importante para las comunidades fuera del parque. Si no se controla, podría dar lugar a un aumento de la caza de elefantes a modo de represalia por parte de agricultores afectados por los daños que los elefantes causan en sus cultivos y propiedades.

En toda la región de la cuenca del Congo, trabajamos para reducir esos conflictos tanto como sea posible. Una de las medidas consiste en un nuevo e innovador plan de seguros que permite a los agricultores ser compensados cuando sus campos son destruidos por elefantes. Los agricultores pagan el equivalente a 8 euros en el fondo y pueden recibir hasta 400 euros en compensación por los daños.

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El plan de seguros hará parte de una estrategia integrada que vamos a poner en marcha para gestionar mejor los conflictos de elefantes y humanos en torno a Ntokou Pikounda. Se llama ‘Coexistencia de Vida Silvestre Humana a través de un SAFESystem’, y es un enfoque integrado que fue desarrollado y aplicado con éxito por la Iniciativa Tigres Vivos de WWF en Asia. El enfoque SAFE busca gestionar los riesgos con base en los seis elementos del Manejo de Conflictos entre humanos y vida silvestre (HWC por sus siglas en inglés):
  1. Entender el conflicto
  2. Mitigar o reducir los impactos de los conflictos cuando ocurren.
  3. Responder a un incidente relacionado a conflictos entre humanos y vida silvestre.
  4. Prevenir este tipo de conflictos
  5. Abogar por políticas de gestión de conflictos entre humanos y vida silvestre
  6. Monitorear, es decir, medir el desempeño y la efectividad de las estrategias implementadas
A través de un proceso de consulta con las diferentes partes interesadas, se realiza una evaluación de los conflictos entre humanos y vida silvestre en un paisaje determinado. A partir de ello, administradores, tomadores de decisiones y profesionales desarrollan estrategias para el manejo de conflictos entre humanos y vida silvestre, con el objetivo de eliminar los riesgos inmediatos y, con el tiempo, crear un área más segura para las personas, sus bienes, la vida silvestre y el hábitat.

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Con este enfoque, esperamos ayudar a las comunidades alrededor del Parque Nacional Ntokou Pikounda y otros lugares de la Cuenca del Congo a coexistir con la vida silvestre. Además, pretendemos garantizar la seguridad de las comunidades locales que viven con elefantes de bosque sin amenazar los hábitats y las poblaciones de elefantes a largo plazo. Estos programas se están desarrollando mientras WWF se encarga de encontrar donantes para financiarlos.

Un informe reciente de WWF y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) advierte que los conflictos entre humanos y vida silvestre son la principal amenaza para la supervivencia a largo plazo de algunas de las especies más emblemáticas del mundo. El informe ‘Un futuro para todos: la necesidad de la coexistencia entre humanos y vida silvestre’ destaca que a nivel mundial las muertes relacionadas a este tipo de conflictos afectan a más del 75% de las especies de felinos del mundo, así como a muchas otras especies carnívoras terrestres y marinas, y grandes herbívoros. Algunas de ellas son los osos polares, las focas monje del Mediterráneo y los elefantes.

Si la comunidad internacional no aborda adecuadamente el conflicto entre seres humanos y vida silvestre, en WWF consideramos que los países tendrán menor capacidad a la hora de cumplir la mayoría de Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Los conflictos entre humanos y vida silvestre deben ser incluidos en los planes de implementación de los ODS, así como en el nuevo marco de la Convención de Biodiversidad. Esto con el objetivo de que el mundo tenga la oportunidad de cumplirlos para 2030, tal como está predispuesto.

 
Foto: Guardaparques colocando el collar a un elefante sedado.
© Rob Beechey / WWF
Guardaparques colocando el collar a un elefante sedado.
Elefantes, una especie en grave riesgo de extinción por el mercado ilegal del marfil.
© naturepl.com / Anup Shah / WWF
Elefantes, una especie en grave riesgo de extinción por el mercado ilegal del marfil.

 

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