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Andi Wayusa, enraizada en la tradición propone innovación

Esthela Noteno, indígena kichwa de la comunidad Domingo Calapucha localizada en la provincia de Sucumbios es la fundadora de Andi Wayusa, emprendimiento que se dedica a la producción de bebidas energéticas a base de las hojas de guayusa. Los usos de esta planta ancestral han sido transmitidos de generación en generación en la Amazonía ecuatoriana con fines medicinales y rituales.


Antiguamente los ancestros se levantaban a las tres de la madrugada a reunirse alrededor del fuego donde se hervía las hojas de guayusa hasta obtener una infusión muy cargada que se repartía a todos los miembros de la comunidad. Este ritual, conocido como la guayusada, consiste en una ceremonia de interpretación de sueños por parte de la persona más sabia de la comunidad. La interpretación de sueños sirve de base para la toma de decisiones, los símbolos y señales que aparecen durante las noches son considerados como mensajes que guían las actividades del día.

En la actualidad, aunque esta práctica ya no es sistemática, se sigue haciendo de la mano de las mamas y abuelos que transmiten los conocimientos a las nuevas generaciones. Esthela confirma justamente que es gracias a su abuela materna, Juana Andi, que ella conoce la receta tradicional de la bebida de guayusa y con esta receta, hoy puede hacer sus productos. Cuenta que su abuela le decía “para poder trabajar, ser una persona inteligente, para seguir adelante, no dejes de tomar la guayusa a las tres de la mañana”, continúa, “ aunque, no quería, me tocaba levantar temprano. Me decía que no dependiera mucho del hombre, aunque ella era un poco machista, igual nos decía que nosotras como mujeres también podemos trabajar y que la guayusa nos da fuerza, nos da energía, más que todo nos limpia como mujer.”



“La emprendedora” o “la empresaria” le dicen ahora cuando llega a las reuniones familiares. En un año, Andi Wayusa ha logrado poner en marcha una fábrica que cuenta con un laboratorio, un área de infusión, área de lavado, área de refrigeración y bodega. Cada paso es tratado con suma cautela. “La guayusa es bastante delicada, incluso influye en el estado de ánimo de la persona a la hora de cocinar. Es una planta milenaria que tiene muchos secretos. Hay que limpiar las hojas con mucha delicadeza porque se lastiman rapidito”, explica Esthela. Sus hojas, de un verde claro brillante e intenso, tienen propiedades antioxidantes y antinflamatorias. Esta planta ha estado por años en la mira de la comunidad científica internacional por sus propiedades medicinales.

Al beberse como un concentrado energético se potencia sus efectos. Es una bebida energizante natural que resulta muy útil para personas que van a realizar actividades físicas como los hombres que salían a cazar en épocas ancestrales o los deportistas en la actualidad. Milton Oviedo, uno de los clientes y amigos de la familia, justamente explica por qué bebe un litro del concentrado de guayusa durante los entrenamientos en el gimnasio: “el Gatorade y el Powerade son hechos a base de electrolitos y sales, en cambio los aminoácidos que genera la toma de guayusa reponen la energía para una rápida recuperación muscular”.

Las redes de amigos y familiares son la piedra angular de Andi Wayusa, los vínculos comunitarios han permitido que la empresa asiente sus bases. Ernesto Noteno, padre de Esthela, es de hecho el inversor que puso el capital inicial para arrancar con el proyecto. Padre e hija son socios activos de las distintas organizaciones locales. Familiares de los Noteno Andi gestionan locales donde se venden las bebidas, invitan a la empresa a eventos comunitarios o aconsejan de boca a boca los productos.



A Andi Wayusa le interesa mucho la opinión de los consumidores, incluso antes de empezar Esthela se dedicó a recoger opiniones de sus allegados, preguntaba “¿si yo te traigo guayusa embotellada me comprarías?” y como respuesta le decían “ya pues tráeme ahorita, ¿cuántas tienes?”. Wiston Mena, esposo de Esthela, explica que esta fue su manera de hacer un estudio de mercado y la respuesta que recibieron los alentó a lanzarse a la producción.

Con la práctica fueron afinando sus productos. Primero empezaron con presentaciones de 475ml de la bebida tradicional de guayusa pero tuvieron que adaptarse a las necesidades de los clientes. Los deportistas pedían más cantidad para sus entrenamientos, nació entonces la botella de 1 litro. Los niños se negaban a beber el concentrado de guayusa por su fuerte sabor, añadieron entonces flores de jamaica y estevia a la receta: “hemos visto que los niños y jóvenes hasta los 12 años no se lo toman porque para ellos es un poco chocante. El tema de la guayusa de hierbas no les llama mucho la atención, tampoco el tema de salud porque están jóvenes y fuertes ahorita. De joven no te interesa nada, te tomas el azúcar que quieras. Nosotros hemos optado por algo que pueda llegar también a estos jóvenes y niños para que puedan igual tomarse la guayusa. Hemos combinado la guayusa con la jamaica, una flor que le da la acidez y la frescura. Los niños ahí sí fueron los que más la pedían” cuenta Esthela.

La comunidad Domingo Calapucha participa también en el proceso de producción, familiares y vecinos son ahora los proveedores de la materia prima de la empresa. Antes Andi Wayusa compraba las hojas en el mercado de la ciudad, pero después vieron que de su propia comunidad podría sacar lo necesario organizándose con el cultivo de plantas en las chakras de la comunidad. La finca del padre de Esthela, Ernesto, es uno de los territorios de donde extraen las hojas de guayusa. Los comuneros vieron muchas veces perderse las hojas de guayusa en sus chakras o las vendían directamente, amarradas o en saquillos a precios bajos que no les representaba mayor ingreso. De ahí que haya surgido la necesidad de dedicarse a la transformación de la materia prima en productos manufacturados.

Además de las bebidas energéticas tradicionales y mezcladas que preparan ahora, apuntan a la venta de la guayusa en otros formatos, como bolsa de hojas para té o guayusa en polvo. Están en proceso de obtener su registro sanitario para lograr un producto exportable a nivel internacional. Esthela comenta que son varias las iniciativas en la comunidad para producir productos derivados, pero que se desconoce mucho sobre gestión de emprendimientos, marketing y ventas. Espera que a futuro Andi Wasi pueda ser una marca paraguas que promueva y de fuerza a otros emprendimientos comunitarios como la venta del ají negro que está preparando una amiga.

La apuesta de Andi Wayusa es por la construcción de una empresa sustentable que pueda proveer de ingresos a la familia Andi pero que también genere oportunidades a los otros miembros de su comunidad, convirtiéndose en un punto de referencia para más emprendimientos amazónicos. “Es importante trabajar más que nada con los jóvenes que vean que ese producto sí está dando resultados, siendo importantísimo que lo que conocemos por parte de nuestros abuelos se pueda desarrollar y lo podamos preservar por bastante tiempo. Porque yo conozco algo, pero quien sabe si otras comunidades tienen otros saberes, otros conocimientos, otros productos que hacen con la misma guayusa o con otras cosas” reflexiona Esthela, en la finca de sus abuelos al borde del Río Eno donde creció y que ahora es el Centro Comunitario Turístico Witoto.

Andi Wayusa es uno de los seis emprendimientos que forman parte del proyecto Amazonía Indígena: Derechos y Recursos (AIRR). Esta iniciativa es una liderada por WWF e implementada de forma conjunta por NESsT y Confeniae, gracias al apoyo de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), quienes buscan mejorar la participación de los pueblos indígenas en el desarrollo económico sostenible de la Amazonía.

De este modo, AIRR busca trabajar de la mano con las comunidades de los pueblos indígenas para mejorar su representación en el desarrollo de la Amazonía, conservando la diversidad biológica y reduciendo las emisiones provenientes de las pérdidas forestales. Este espacio pretende escalar emprendimientos indígenas a mercados locales, nacionales y globales con el fin de expandir las oportunidades de la bio-economía mediante el uso sostenible de productos forestales, los recursos genéticos únicos y la gestión de la pesca y acuicultura.
© WWF-Ecuador
Andi Wayusa es uno de los seis emprendimientos que forman parte del proyecto Amazonía Indígena: Derechos y Recursos (AIRR).

 

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