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OSO
andino
Guardián del Bosque
Amanece en la cordillera de los Andes. Las nubes que provienen de la parte baja, de la selva, se elevan y chocan contra el bosque nublado y el páramo de la zona alta. Esta danza cotidiana entre selva, nubes, viento y montañas garantiza que habrá agua. Con agua hay riego, alimentos y comercio; hay vida.
En Ecuador, la biodiversidad que nace como fruto de este ciclo es vasta e incalculable. Grandes tapires, ranas diminutas, cedros muy altos y orquídeas microscópicas habitan este territorio.
Como un miembro fundamental de estos ecosistemas se encuentra el oso andino u oso de anteojos, el segundo mamífero más grande de la región y especie tope de la cadena alimenticia.
Su presencia garantiza la protección de toda una amplia gama de especies, ya que su salud es un indicador de la salud de su territorio. El oso de anteojos es el guardián de los bosques interandinos.
LA HUELLA DEL OSO ANDINO
El oso andino necesita recorrer grandes áreas. Cada individuo requiere alrededor de 30 km² para sobrevivir. Su alimento preferido son las frutas y los centros dulces y jugosos de algunas bromelias. Estas dos características lo convierten en un aliado fundamental de la conservación, ya que regenera los bosques a su paso.
CONSTRUIR UN SUEÑO COLECTIVO Caserío “El Placer”
El Placer es un caserío ubicado en la provincia de Tungurahua. Forma parte del Corredor Ecológico Llanganates-Sangay, que conecta dos parques nacionales de gran importancia: el Llanganates, al norte, y el Sangay, al sur. La inmensa mayoría de familias de esta zona se dedican tradicionalmente al desmonte de la montaña para la agricultura, principalmente para el cultivo de naranjilla.
Marina Robalino, habitante de El Placer, sabe desde muy niña que el oso de anteojos no es un intruso en este territorio. Este ha sido el hogar del oso desde hace cientos de años. Sin embargo, lo que antes era bosque ahora son plantaciones y su alimento escasea. Como tiene hambre, el oso busca comida en los sembríos de la zona poblada. A diferencia de aquellos que quieren cazarlo, Marina ha elegido protegerlo generando conciencia en su comunidad.
Por esto, desde el 2018, Marina se juntó con Rosa y otras diecinueve mujeres y un hombre de su comunidad, para buscar alternativas de subsistencia que les permitan tener mayores ingresos y que, al mismo tiempo, les ayuden a proteger la montaña, el bosque y los animales como el oso de anteojos. Así nació Quinde Warmi.
ORGANIZACIÓN PARA LA CONSERVACIÓN Comunidad “Yunguilla”
Algo similar sucedió en Yunguilla, en el año 1995. Esta es una comunidad campesina del Chocó Andino, ubicada al noroccidente de la provincia de Pichincha. Dieciocho familias, a las que llamaron “los dieciocho locos”, decidieron dejar la tala del bosque para producir carbón y optaron por el ecoturismo, la agroecología y la conservación de la montaña.
Rolando Collaguazo, miembro de esta comunidad, resalta que en los monitoreos de vida silvestre que se realizan periódicamente en Yunguilla se identificaron cerca de 50 osos de anteojos en esta zona. Se calcula que en todo el Distrito Metropolitano de Quito habitan aproximadamente 120 osos andinos.
Gracias a prácticas como el monitoreo de especies, la investigación y su aplicación en proyectos de conservación, Yunguilla se convirtió en un referente para otras comunidades. De esta manera, el sueño que iniciaron 18 familias, como la de don Guillermo Collaguazo, es hoy una realidad.
UN TRABAJO POR EL PRESENTE Y EL FUTURO
El Placer y Yunguilla son dos comunidades distanciadas por varios cientos de kilómetros. Sin embargo, ambos territorios están hermanados debido a la conciencia que ha generado su gente por buscar nuevas formas de vivir, no solo dejando de explotar los recursos naturales, sino también promoviendo, a través de sus prácticas, la restauración de estos ecosistemas. Saben que ese es el mejor legado que les pueden dejar a las futuras generaciones.
NUESTRA MISIÓN: BOSQUES SANOS, OSOS SANOS, GENTE SANA
Con el objetivo de consolidar áreas de conservación de los territorios y ecosistemas en los que habita el oso andino, WWF Ecuador sostiene el Proyecto de Conservación del Oso de Anteojos dentro del Corredor Ecológico Llanganates-Sangay, mediante acciones como el monitoreo de vida silvestre a través de cámaras trampa y el fortalecimiento de alternativas de desarrollo sostenible para las comunidades locales que habitan en este corredor.
Un importante aliado en este proceso ha sido la Fundación Ecominga, que trabaja en este territorio junto con las comunidades por más de 15 años.
Así también, la comunidad de Yunguilla colabora con esta iniciativa compartiendo sus conocimientos y lecciones aprendidas en temas organizativos y de desarrollo de medios de vida sostenibles. En este sentido, WWF Ecuador también busca visibilizar el trabajo de Yunguilla para que más instituciones y proyectos puedan apoyar sus esfuerzos.
Comprender e interiorizar las historias de El Placer y de Yunguilla nos permitirá revalorizar aquellos territorios de gran valor ecológico de nuestro país y reconocer los esfuerzos de aquellas personas que trabajan día a día por su conservación. De no aprender a respetar estos frágiles ecosistemas, no solo estarán en riesgo majestuosas y milenarias especies como el oso andino, sino que también estarán amenazadas las comunidades humanas que allí habitan. Su bienestar está conectado con la salud del ecosistema, que les provee agua, alimentos y medios de vida.
