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Empresas indígenas amazónicas apuestan por el rescate de su cultura para reactivar la economía de sus comunidades

Cinco empresas indígenas de Sucumbíos y Orellana recibirán acompañamiento técnico y financiamiento, con el fin de escalar sus negocios y convertirse en promotores de cambio social en sus comunidades.

“Necesitamos el coraje de soñar” es la frase que Alicia Illanez repite al hablar de Challwa Mikuna, asociación de mujeres que forma parte de los cinco emprendimientos indígenas ecuatorianos, ubicados en las provincias de Orellana y Sucumbíos, que participarán del proyecto “Amazonía Indígena Derechos y Recursos” (AIRR) impulsado por WWF Ecuador, NESsT y CONFENIAE con el apoyo de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID).  

Gracias a inéditas recetas, las mujeres de Challwa Mikuna hoy producen harina, fideos, galletas, conservas y mermeladas a base de chontaduro, un fruto amazónico con altos niveles nutricionales que procedente de la palma del mismo nombre. Challwa Mikuna se constituye como una organización de 18 mujeres que vieron en la sostenibilidad una oportunidad para aportar económicamente a sus comunidades y al mismo tiempo promover el cuidado de la naturaleza. 

“Empezamos buscando oportunidades para nosotros y nuestras familias, y en ese afán comenzamos a devastar a la naturaleza, hasta que nos dimos cuenta que nuestros hijos no la conocerían tal y cómo es ahora. Por eso decidimos capacitarnos, mejorar y buscar alternativas que vayan de la mano con un cuidado y respeto a nuestro entorno” señala Illanez.

Ha pasado ya mucho tiempo desde que este grupo de mujeres dejó de vender ilegalmente animales silvestres para dedicarse a producir alimentos innovadores con base vegetal y abrir su propio restaurante. Ahora, esta asociación ubicada al norte de la provincia de Sucumbíos dedica sus esfuerzos a transformar la vida de su comunidad a partir del cuidado de su territorio, comprendiendo que esta no es tarea fácil.

El Global Entrepreneurship Monitor, GEM 2020, señala a Ecuador como el segundo país más emprendedor de América Latina. Sin embargo, son pocos los emprendimientos liderados por miembros de los pueblos y nacionalidades indígenas amazónicos, así como también son escasos aquellos que buscan mantener una línea de producción sostenible. Bajo este contexto surge el proyecto Amazonía Indígena Derechos y Recursos (AIRR), que trabaja de la mano con las comunidades de los pueblos indígenas para mejorar su participación en el desarrollo económico sostenible de la Amazonía, el país y la región.

 “Los emprendimientos y empresas indígenas amazónicas invitadas a participar de este proceso debían cumplir al menos con tres criterios básicos: ser lideradas por miembros de las Nacionalidades y Pueblos Indígenas del Ecuador, haber generado ventas en los últimos años, y ofertar productos o servicios que mantengan la armonía con su comunidad y la naturaleza,” señala Cristina García, Oficial de Bosques y Agua de WWF-Ecuador. “Tras un arduo proceso, el comité conformado por CONFENIAE, NESsT y WWF seleccionó cinco empresas finalistas de entre 36 postulantes, mismas que, a partir de mayo de este año, reciben acompañamiento técnico y financiero durante seis meses, a fin de impulsar el crecimiento y desarrollo de sus modelos de negocio a nivel nacional e internacional” agregó Garcia.

La generación de fuentes de empleo provenientes de estas empresas emergentes, permite transformar de manera positiva sus localidades, generando nuevos medios de vida sostenibles en medio de la profunda crisis consecuencia de la pandemia ocasionada por el COVID-19. “Este no es un camino fácil, hemos aprendido a caernos y levantarnos constantemente porque creemos en nuestro proyecto y su valor” menciona Raúl Licuy, Kichwa  representante del proyecto Pilchi Lodge y Mandi Wasi, en donde el turismo comunitario se suma a la búsqueda de nuevas oportunidades para jóvenes y adultos dentro de su comuna El Pilchi ubicada en Limoncocha.

Pero activar la economía de las comunidades indígenas no es una misión que depende únicamente del emprendedor; se necesita, al mismo tiempo, de más consumidores responsables y conscientes del impacto de sus decisiones de compra.  “Mantener un emprendimiento es un reto, pues de nosotros dependen una serie de familias que también se benefician de nuestros logros. Por eso aprendimos a adaptarnos y educar al consumidor, así en nuestra empresa comenzamos a cambiar el embotellamiento de guayusa a envases de vidrio” señala Esthela Noteno, CEO de Andi Guayusa, productores de bebidas energéticas basadas en la ancestral planta de guayusa.

El amor por su cultura es, en muchos casos, el motor detrás de estas empresas indígenas. Claro ejemplo de esto es Shuar Cultural Center, espacio de ecoturismo ubicado en la comunidad Flor del Pantano en la provincia de Orellana y dirigido por diez familias indígenas que buscan generar ingresos al tiempo que mantienen vivas sus costumbres y su lengua nativa, el Shuar.  Esta pasión por el legado ancestral de sus pueblos es compartida también por la Asociación de mujeres Cofanes Soku, quienes confeccionan vestimenta típica y elaboran artesanías desde hace varios años, sumando recientemente a su producción la elaboración de mascarillas bordadas para la prevención del COVID- 19.

Para las organizaciones promotoras del proyecto AIRR resulta fundamental apoyar la participación de las Nacionalidades y Pueblos Indígenas en el desarrollo económico equitativo y sostenible de la región, pues son una  clara muestra de que la generación de ingresos y la protección de la naturaleza pueden ir de la mano. Gracias a prácticas respetuosas con su entorno, los pueblos indígenas han conservado milenariamente los ecosistemas de la Amazonía, contribuyendo a la conservación de servicios ambientales de enorme importancia como la regulación del clima y agua, la provisión de alimentos y medicina, mismos que influyen directamente en la calidad de vida de las poblaciones.  
 
Tarsicio Granizo, director de WWF en Ecuador señaló que “estas iniciativas son una clara muestra de que la bioeconomía es una alternativa real para apoyar a las comunidades locales y a los pueblos indígenas. Elevar el nivel de vida de quienes más lo necesitan, utilizando los recursos de la zona, y al mismo tiempo proteger la naturaleza, deberían ser el nuevo paradigma de desarrollo sostenible del país”
 
Nota para los editores:
Los cinco emprendimientos seleccionados para recibir apoyo técnico y financimiento, son los siguientes:

Nombre del emprendimiento: Andi Wayusa
Ubicación: Alto Eno, Provincia de Sucumbíos
Nacionalidad Indígena: Kichwa
Actividad Productiva: Elaboración de bebidas energéticas a base de wayusa.

 

Nombre del emprendimiento: Asociación de mujeres Cofánes de Dureno SOKU
Ubicación: Dureno, Provincia de Sucumbíos
Nacionalidad Indígena: Cofán (A'I Cofán)
Actividad Productiva: Elaboración de artesanías, vestimenta tradicional y mascarillas

 

Nombre del emprendimiento: Shuar Cultural Center
Ubicación: Flor del Pantano, Provincia de Orellana
Nacionalidad Indígena: Shuar
Actividad Productiva: Elaboración de bebidas tradicionales, ají y venta de servicios turísticos
 


Nombre del emprendimiento: Challuwa Mikuna
Ubicación: Mandaripanga, Provincia de Orellana
Nacionalidad Indígena: Kichwa
Actividad Productiva: Elaboración de platos tradicionales y productos procesados a base de chontaduro
 


Nombre del emprendimiento: Empresa comunitaria El Pilchi Lodge y Mandi Wasi
Ubicación: El Pilchi, Provincia de Sucumbíos
Nacionalidad Indígena: Kichwa
Actividad Productiva: Venta de servicios turísticos

 
© Oscar Luna
Cinco empresas indígenas de Sucumbíos y Orellana recibirán acompañamiento técnico y financiamiento, con el fin de escalar sus negocios y convertirse en promotores de cambio social en sus comunidades.

 

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