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WWF-Ecuador ante los incendios y la grave sequía que afecta al país

En vista de los acontecimientos ocurridos en Quito y otras partes del país relacionados con la sequía e incendios forestales, WWF-Ecuador se solidariza con las y los afectados y manifiesta su preocupación por la constante situación de vulnerabilidad en la que vivimos.

El Ecuador es altamente vulnerable frente al cambio climático. Según el INAMHI, el país atraviesa la peor sequía en 61 años, con olas de calor cada vez más intensas y frecuentes. Esta situación, que se da especialmente en la Sierra, ha facilitado la rápida propagación de incendios. Miles de hectáreas de bosque, viviendas y cultivos están afectadas, con familias evacuadas, víctimas de quemaduras y una alarmante pérdida de biodiversidad. Y a menos que se tomen medidas urgentes, esta situación tenderá a agravarse cada año debido a los impactos negativos por el aumento de temperatura global.
 
La mayoría de los incendios forestales reportados han sido causados, ya sea de forma accidental o intencional por personas. Este problema debe ser manejado desde una perspectiva integral para reducir su incidencia y , a su vez, aumentar la resiliencia frente a los impactos del cambio climático y la pérdida de biodiversidad. 

Por ello, desde WWF-Ecuador proponemos las siguientes medidas de carácter urgente:
  • Fortalecer el sistema de prevención y gestión de riesgos: Instalar estaciones de monitoreo meteorológico en todo el país para identificar las áreas más vulnerables a la sequía. Esto permitirá una toma rápida de decisiones, la creación de sistemas de alerta temprana y el financiamiento necesario para su funcionamiento y respuesta frente a emergencias.
  • Acción ciudadana y comunitaria: Fortalecer la organización barrial y comunitaria para informar, prevenir y educar sobre los incendios. Se requiere organización para establecer redes de vigilancia que detecten cualquier foco de incendio y permitan actuar rápidamente para evitar su propagación. A su vez, es necesario desarrollar planes de prevención, respuesta y atención integral.
  • Educación pública y comunitaria: La comunicación pública y las mallas educativas pueden brindar herramientas que permitan a las personas prepararse, responder y repararse adecuadamente tras los incendios forestales. Además, facilitar el acceso a información y creación de capacidades para asegurar una respuesta oportuna.
  • Coordinación interinstitucional: Fomentar la cooperación entre instituciones gubernamentales, locales y comunitarias para prevenir, gestionar y remediar los impactos de los incendios de manera más efectiva. Incorporar a la academia en procesos de investigación, así como a la sociedad civil en el desarrollo, implementación y monitoreo de dichos planes.
  • Fortalecer la legislación, el control y la vigilancia: Fortalecer a las instituciones responsables del cumplimiento de la ley para que se apliquen sanciones estrictas a quienes provoquen incendios de manera intencional. Asegurar la transparencia y aplicación del debido proceso en relación con delitos relacionados con el ambiente. En la legislación recomendamos establecer regulaciones sobre el uso de terrenos degradados para fines comerciales o productivos, y la implementación de medidas para la restauración ecológica.
  • Proveer alternativas de crédito y financiamiento para el apoyo a las personas afectadas: Ofrecer medidas de compensación que apoyen a personas afectadas por los incendios, exigiendo prácticas responsables en el uso de la tierra, la gestión de desechos sólidos y un plan de mitigación de riesgos.
  • Recuperar la vegetación nativa: Una vez controlados los incendios, priorizar la restauración ecológica de los bosques con especies nativas en lugar de eucaliptos y pinos (altamente combustibles). Enfocarse en la restauración de quebradas y remanentes boscosos.
  • Cuidar el agua: Implementar prácticas para cuidar y conservar las fuentes de agua; entre ellas: evitar su desperdicio, impulsar técnicas de cosecha de agua y permacultura, y crear reservas de agua y barreras naturales para evitar la propagación de incendios.
  • Implementar políticas municipales: Desde los GADs desarrollar e implementar ordenanzas claras sobre las áreas incendiadas que no pueden ser utilizadas para construcción o actividades productivas, y asegurar su restauración con plantas nativas. Incluir en los planes de ordenamiento y desarrollo territorial medidas de prevención de riesgos basadas en el cuidado de la naturaleza; por ejemplo: cosecha de agua, construcción de reservorios, diques, zanjas de infiltración y cobertura vegetal.
 
 
Desde WWF-Ecuador hacemos un llamado al gobierno nacional y gobiernos subnacionales para garantizar respuestas integrales que pongan a la naturaleza y el cuidado de la población en el centro de las políticas públicas.
 
A la ciudadanía le invitamos a organizarse, buscar respuestas colectivas para evitar mayores tragedias y actuar de forma colaborativa y activa en la conservación de la naturaleza.
 
Porque no podemos olvidar que, si la naturaleza entra en crisis, las personas también.


 
© WWF-Ecuador
Incendios en la ciudad de Quito

 

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