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Our News
Pronunciamiento público WWF Ecuador frente al derrame de crudo en Esmeraldas
Este no es un incidente aislado. Entre 2012 y 2022 ocurrieron 1.584 derrames de petróleo en el país, incluidos otros dos de gran magnitud en Esmeraldas. La recurrencia de estos desastres evidencia la falta de un control riguroso, la débil implementación de normativas ambientales y la negligencia en el mantenimiento de infraestructuras críticas como oleoductos, lo que ha permitido que estos eventos se repitan con graves consecuencias. Estas fallas estructurales nos llevan a cuestionar no solo la falta de regulación efectiva, sino también nuestra dependencia al petróleo y a un modelo de desarrollo basado en el extractivismo, cuyos impactos sobre los ecosistemas y las comunidades son cada vez más irreversibles. El Estado y las empresas involucradas en la producción de petróleo son responsables de estos daños y deben garantizar una reparación inmediata, integral y efectiva.
El río Esmeraldas no es solo agua, es un ser vivo, un territorio que sostiene comunidades, cultura y biodiversidad. Si el río se enferma, las personas se enferman y las especies desaparecen. La contaminación del agua con crudo rompe la relación de las comunidades con el río, afectando su movilidad, alimentación, salud y hasta su cultura.
WWF considera que este derrame es una catástrofe social y ambiental, y una expresión de desigualdad estructural. Este hecho ha comprometido el derecho a un ambiente sano y libre de contaminación, acceso a agua potable, alimentación, libre movilidad y salud. Las comunidades afrodescendientes, indígenas y campesinas han sido históricamente las más afectadas por la contaminación y el abandono del Estado y la falta de políticas públicas eficientes que evidencian un racismo ambiental que deviene de un modelo de desarrollo insostenible.
Las mujeres enfrentan impactos diferenciados en esta crisis. Son ellas quienes sostienen la seguridad alimentaria, el acceso al agua y el bienestar comunitario, y ahora ven amenazadas sus posibilidades de garantizar la alimentación y la salud de sus familias. La contaminación del agua les impide cuidar, sembrar, pescar y movilizarse, profundizando su sobrecarga de trabajo y su exposición a la violencia estructural.
El derrame no solo ha afectado a las comunidades humanas, sino que también pone en grave peligro el Refugio de Vida Silvestre Manglares Estuario Río Esmeraldas, que es parte del Sistema Nacional de Áreas Protegidas del país. Este ecosistema es clave para la biodiversidad y la protección costera, y alberga especies como: monos aulladores, nutrias, tigrillos, venados y pumas, que ahora enfrentan la destrucción de su hábitat y una alteración del equilibrio ecológico con consecuencias probablemente irreversibles.
Ante esta crisis, exigimos que se tomen acciones inmediatas para garantizar la protección de la naturaleza y la garantía de los derechos fundamentales de las comunidades afectadas.
Hacemos un llamado a:
- Fortalecer al Ministerio del Ambiente, Agua y Transición Ecológica con personal y recursos que le permitan hacer un control efectivo de actividades con alto riesgo ambiental.
- El Estado y la empresa responsable deben garantizar la reparación integral del daño ambiental ocasionado, a través de mecanismos que aseguren la participación de las comunidades.
- El Estado debe garantizar que este tipo de daños ambientales no se repitan, ejerciendo un correcto control en el territorio, exigiendo que se cumplan con los más altos estándares ambientales y la mejor tecnología disponible.
- La empresa responsable debe actuar de manera inmediata para remediar el daño ambiental y social ocasionado. Además, debe cumplir con la ley y adoptar los mejores estándares ambientales. Ante esta emergencia es necesario que el estado ecuatoriano garantice los derechos de las personas y la naturaleza.

© Vía Facebook Poder Informativo
Desde WWF-Ecuador expresamos nuestra profunda preocupación ante la crisis ambiental y social causada por el derrame de crudo ocurrido el 13 de marzo de 2025 en Esmeraldas.