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¿Camarón sostenible?

Cómo las pesquerías en Ecuador están manejando sus capturas y protegiendo el océano.

Publicado originalmente en Descubre WWF
Autor: Brendan Borrel


Cómo las pesquerías en Ecuador están manejando sus capturas y protegiendo el océano.

Si eres como yo, probablemente te sientes culpable al comer camarones. Después de todo, gran parte de los camarones que comemos hoy en día provienen de granjas de camarón ubicadas en los trópicos, las cuales han sido responsables de la tala de bosques de manglares.

Pero en un reciente viaje a Ecuador me enteré de un pequeño camarón que tiene el potencial de beneficiar a los manglares y a la gente local que lo cosecha. El llamado camarón titi, es un tipo pequeño que te puedes haber encontrado en algún restaurante chino, donde a menudo se usa en platos como el arroz frito.

Los camarones titi, o pomada, son camarones silvestres, nativos del Ecuador, que son recolectados por los barcos industriales de arrastre y los pescadores artesanales en el Golfo de Guayaquil, utilizando una trampa muy particular que no existe en ningún otro lugar del mundo. WWF-Ecuador ha estado trabajando con los pescadores industriales y artesanales para tratar de reducir los conflictos entre los dos grupos y asegurar que la pesca sea sostenible.

Por ejemplo, con los pescadores industriales, WWF ha introducido un sistema de bitácoras electrónicas para que los capitanes puedan dar seguimiento a sus historiales de captura y esfuerzos de pesca por medio de los teléfonos celulares, y auto-reportar oportunamente esta información a los administradores mejorando así el monitoreo de la pesca y trazabilidad de las capturas.

Como parte de una pesquería artesanal modelo, los habitantes locales han colocado cientos de postes de madera conformando una línea en zigzag en una punta poco profunda del golfo, conocida como Bajo Negro. Justo debajo de la superficie del agua hay una serie de redes en forma de V, que canalizan a los camarones a unas bolsas de malla, o bolsos, cuando las aguas de las mareas pasan precipitadamente.

Julián Marcial Ponguillo, líder de una de las comunidades de manglares que coloca estas trampas, dice que han estado haciendo esto durante décadas. A lo largo de estos años, la atención del gobierno ha sido escasa. Bajo Negro es una comunidad de 1,000 personas, con calles polvorientas, edificios desmoronados y escasez de escuelas, electricidad, agua potable e inodoros. Cada viaje para comprar abarrotes o recoger sus capturas los pone en riesgo de que sean asaltados por piratas. Sin embargo, cuando el gobierno propuso reubicar a la comunidad, se negaron. La nueva ubicación estaría demasiado lejos para capturar camarones o recolectar cangrejos del bosque de manglar que administran y protegen. "Les gusta la vida aquí", me dijo Marcial.

Si bien los responsables de regular la pesca nunca han tratado de impedir que los pescadores coloquen sus bolsos, las comunidades nunca obtuvieron permiso legal para vender sus capturas. En 2016, WWF lanzó un proyecto piloto en Bajo Negro, uno de los 11 bajos (lugares con aguas someras) en el golfo, para proporcionar al gobierno los datos necesarios para regular la pesquería de camarón y demostrar que las comunidades podrían hacerlo por su cuenta.

Una preocupación planteada por los propietarios de los barcos industriales de arrastre era que los bolseros capturaban especies juveniles y les impedían llegar a aguas más profundas del océano. WWF ayudó a crear las primeras reglas para la pesquería, limitando el número de bolsos en Bajo Negro y requiriendo que la pesquería cierre durante seis meses, entre noviembre y abril.

Este año, el programa fue entregado al gobierno. Aproximadamente una vez por semana, Rosa García, del Instituto Nacional de Pesca de Ecuador, recibe información sobre el peso de la captura y el número de bolsos activos. Los bolseros también le envían fotos tomadas con celular, mostrando la captura incidental en sus bolsas de malla. Hasta ahora, dice ella, tanto los bolseros como los pescadores industriales están capturando camarones del mismo tamaño. "Creo que lo están haciendo de buena manera", dice sobre la pesquería.

Los reguladores de la pesca están pensando en replicar el mismo esquema de manejo para el resto de los Bajos del Golfo de Guayaquil. Pablo Guerrero, Director de Pesca de WWF en América Latina y el Caribe, dice: “No se trata solo de conservar el acervo, sino de los medios de subsistencia de estas personas. Esas personas dependen de la pomada y por lo tanto están dispuestas a cooperar con su buen manejo y conservación".

Y de hecho, la pomada y otras criaturas en el golfo dependen de la gente. Mientras estábamos en el agua con Marcial, nos señaló una granja de camarones en la costa donde se estaba produciendo la quema ilegal del manglar. Se comprometió a denunciarlos, como siempre lo hace.
© Antonio Busiello / WWF-US
¿Camarón sostenible?
© Antonio Busiello / WWF-US
Pescando camarón pomada cerca de Isla Escalante, Ecuador.
© Antonio Busiello / WWF-US
Medición de un camarón pomada

 

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