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América Latina presenta alarmante declive en su biodiversidad según Informe de Planeta Vivo 2020

La región presenta la mayor pérdida en mamíferos, aves, anfibios, reptiles y peces entre 1970 y 2016 reporta el Informe del Planeta Vivo de WWF.

 
  • La región presenta la mayor pérdida en mamíferos, aves, anfibios, reptiles y peces entre 1970 y 2016 reporta el Informe del Planeta Vivo de WWF.
  • El cambio de uso de suelo para producir alimentos es una de las principales causas de la pérdida de biodiversidad.
  •  La pandemia del COVID-19 recuerda cuán entrelazada está la salud humana con la naturaleza y llama a revolucionar la manera como nos relacionamos con el planeta.
  • WWF urge a que se tomen medidas inmediatas para revertir la tendencia para el 2030, poniendo fin a la destrucción de los hábitats naturales y reformando nuestro sistema alimentario.

Quito, 10 de septiembre. - Desde los seres más diminutos hasta los más grandes del planeta, así como los suelos donde habitan, enfrentan un serio declive, advierte la edición 2020 del Informe del Planeta Vivo. Esta publicación emblemática de WWF subraya que globalmente las poblaciones monitoreadas de mamíferos, aves, peces, reptiles y anfibios han disminuido en 68% en promedio; en América Latina el resultado es aún más impactante con una reducción en promedio del 94%.

El Informe, dado a conocer hoy en todo el mundo, destaca que el motor más relevante de la pérdida de biodiversidad en los sistemas terrestres es el cambio de uso de suelo, principalmente la conversión de hábitats nativos prístinos, como bosques, praderas y manglares, en sistemas agrícolas, mientras que gran parte de los océanos ha sufrido sobrepesca.

“La conclusión es clara: la naturaleza está siendo transformada y destruida a una velocidad sin precedentes en la historia, con un costo muy alto para el bienestar del planeta y de la humanidad. La pérdida de biodiversidad es un auténtico reto para la economía, el desarrollo y la seguridad global”, indicó Roberto Troya, Director Regional de WWF para América Latina y el Caribe.

El reporte ofrece como uno de sus parámetros más relevantes el Índice del Planeta Vivo (IPV) que mide la abundancia de casi 21,000 poblaciones de mamíferos, aves, peces, reptiles y anfibios a nivel global. El IPV recoge estas tendencias poblacionales para calcular sus cambios porcentuales medios en términos de abundancia entre 1970 y 2016. El índice de este año incluye casi 400 especies adicionales y 4.870 poblaciones más que el último Informe que se publicó en 2018.


Planeta Sano, Gente Sana


De acuerdo con el Informe, en América Latina y el Caribe la pérdida de biodiversidad se debe en un 51.2% a los cambios de uso de suelo, incluyendo la pérdida de hábitat y la degradación de los suelos. Los cambios comunmente son causados por la agricultura insostenible, la infraestuctura, el crecimiento urbano, la producción de energía y la minería. Para los hábitats de agua dulce, la fragmentación de ríos y arroyos y la extracción de agua son amenazas comunes.

En este sentido, el informe también destaca la relevancia del suelo como un componente crucial del entorno natural, cuyo papel vital para la biodiversidad y los servicios ecosistémicos de los que dependemos suele subestimarse. Se advierte que sin la biodiversidad del suelo los ecosistemas terrestres pueden colapsar, pues hasta el 90% de los organismos vivos de estos ecosistemas, incluidos algunos polinizadores, pasan parte de su ciclo de vida en estos hábitats.

Al mismo tiempo, dicho informe alerta sobre el creciente riesgo de extinción de especies vegetales. Se calcula que una de cada cinco especies vegetales (22%) se halla amenazada de extinción, en su mayoría en zonas tropicales. Su pérdida conlleva graves consecuencias, pues las plantas constituyen los pilares estructurales y ecológicos de virtualmente todos los ecosistemas terrestres.

“Es clara la interrelación que hay entre los distintos elementos de la naturaleza. Debemos entender que la biodiversidad es un recurso estratégico porque garantiza agricultura, ganadería, pesca, acuacultura, medicinas, fibras, es decir, todos los recursos que necesitamos para vivir. La conservación de la naturaleza está íntimamente relacionada con la soberanía alimentaria y la salud de los habitantes del mundo. Está relacionada con nuestra propia supervivencia”
afirma Tarsicio Granizo, Director de WWF- Ecuador

El Informe previene que la pérdida de biodiversidad amenaza también la seguridad alimentaria por lo que urgen acciones para transformar nuestro sistema alimentario mundial. El gran reto consiste en modificar las prácticas agrícolas y pesqueras, buena parte de éstas insostenibles, en unas que produzcan la comida nutritiva que requirimos y protejan y conserven la biodiversidad, pues a su vez, nuestros alimentos dependen del estado de salud de la biodiversidad, sobre todo de nuestros suelos y polinizadores. Para el caso de la agricultura esto significa la aplicación de prácticas agroecológicas, reducir el uso de químicos, fertilizantes y pesticidas.

Las contribuciones de la naturaleza a la salud humana son diversas, desde productos farmacéuticos derivados de plantas, hasta la filtración de agua por humedales. Como tal, la pérdida de la naturaleza amenaza con desacelerar y, en algunos casos, revertir las tendencias positivas de salud y bienestar. Un buen ejemplo de ello es la reciente emergencia de enfermedades zoonóticas, provocadas en gran medida por la degradación medioambiental. La pandemia global de COVID-19 está causando un enorme sufrimiento humano y numerosos trastornos sociales y económicos. Si bien los orígenes exactos del coronavirus siguen siendo inciertos, hasta el 60% de las enfermedades infecciosas actuales proceden de animales, y casi las tres cuartas partes de éstas de animales silvestres.

El Informe del Planeta Vivo concluye que, a fin de revertir esta pérdida de biodiversidad, la conservación es fundamental pero no suficiente. Exige transformar los patrones de producción y consumo de alimentos, impulsar un modelo donde los límites del planeta sustenten las decisiones políticas y económicas, y emprender acciones que ayuden a detener los motores del cambio de uso de suelo, reducir los desechos y favorecer dietas más saludables y sostenibles.

“La conservación de la naturaleza no es solo un tema de ‘ambientalistas’. Es algo que debe convertirse en política pública para impulsar en el país una recuperación económica sostenible, que proteja los recursos naturales para las generaciones presentes y futuras. Ahora, en vísperas de elecciones, es necesario que los candidatos y candidatas expresen su postura y propuestas sobre estos temas trascendentales para el país y para el mundo”, concluye Granizo.


Para más información, favor contactar a:
María Vallejo / Oficial de Comunicación WWF-Ecuador / maria.vallejo@wwf.org.ec

Acerca de WWF
WWF es una de las organizaciones independientes de conservación más grandes y con mayor experiencia en el mundo. WWF nació en 1961 y es conocida por el símbolo del panda. Cuenta con una red mundial que trabaja en más de 100 países. Su misión es detener la degradación del ambiente natural del planeta y construir un futuro en el que los seres humanos vivan en armonía con la naturaleza, conservando la diversidad biológica mundial, asegurando que el uso de los recursos naturales renovables sea sostenible y promoviendo la reducción de la contaminación y del consumo desmedido.
© WWF-LAC
Latinoamérica es la región con mayor pérdida de biodiversidad, según el Informe Planeta Vivo 2020

 

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